Llevo
llorándote tres lunas.
A cada una de ellas creció en mi una nueva
esperanza.
En la primera , que me quisieras.
En la segunda, que no te fueras.
En la tercera que regresaras.
Nadie en este mundo es capaz de quererte como
yo lo hago.
Pero ahora me he dado cuenta de eso, no vale
de nada.
De nada sirve querer si no eres querido.
De nada esperar si no existe regreso posible.
La luna me mira burlonamente.
Ella también se cansa de esperarte.
Me mira paciente, sabiendo como yo sé que ni
me amas, ni me has amado NUNCA y ayer por fin se bañó de sangre para
hacerme comprender que estoy SOLA.
PD. Porque R me pidió que escribiera sobre la luna y el dolor...
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