Y que me abraces sin un motivo
Y que me hagas sentir la mas querida, y que me hagas sentir TAN FELIZ
Y que juegues con mi pelo y acabes colocando ese mechon detras de mi oreja
Y que abraces tan tan fuerte que me hagas tu presa...
Y que hagas virculos alrededor de mi ombligo
Y que me pongas una de tus sudaderas encima cuando me quedo dormida y sopla Tramontana..
Y que no digas todo lo que se pero digas siempre lo que necesito
Y que seas capaz de inventar todas las sorpresas que ni imagino
Y que tengamos una cancion y se me ponga la piel de gallina cuando la escucho ....
Y que sea capaz de creer todas tus palabras..
Y que aun no hayas incumplido ni una sola de tus promesas..
Pd. Perdon porque no puedo publicar con formato.
martes, 20 de agosto de 2013
viernes, 2 de agosto de 2013
SHHHHH SILENCIO...
Me dijiste que te creyera.
Me pediste clemencia
y comprensión.
Me dijiste que me
querias, que me adorabas.
Me dijiste que
estarás siempre, por siempre, asi firmabas tus mensajes.
Me dijiste que no te
irías nunca, que cuando te necesitara sólo tenía que decirlo, que cantar, que
silbar, que llamarte porque estuvieras donde estuvieras, me encontrarías…(a un
eco de distancia)
Me dijiste que era
única, que era la única.
Me dijiste que tenías
mi mano asida asi que nada podía pasar.
Me dijiste que tú
eras bueno y que contigo estaba a salvo, contigo si, contigo siempre.
Me dijiste que jamás
te irías.
Por eso ahora odio
las palabras.Ya no hablo. Ya no escucho. Dicen que estoy enferma. Enferma de ti.
PD.- Para el daño que hacen las palabras cuando solo queda su eco..para el dolor de las promesas incumplidas..A M. A.
"ODIO PARIS"
“Odio Paris”
Esa era tu frase más
frecuente.La repetías permanentemente:cada día cuando me llamabas al
despertarte, aun en la cama. Cuando salías del trabajo, cuando iba a recogerte
al aeropuerto y cuando estabas encima de mis rodillas y te acariciaba tu
perfecta y pulcra barba días antes de tu regreso a la ciudad en la que
trabajabas.
“Odio ese
lugar niña, te lo juro”decías de manera agobiante. Casi parecías un bebé de los
que tiene que ir el primer día a la guardería. Casi me daban ganas de llorar …
“odio sus dias
grises, su color, la manera en que la gente dice que debería ser feliz por
vivir allí. Odio los macarons, y los croisants. Odio la Torre Eiffel y el
Louvre. Odio pasear por aquellas calles siempre húmedas y La vie en rose.”
“Odio las estúpidas
colas de Laduree y las mujeres que se creen elegantes solo por ser parisinas.
Odio sus casa perfectas, sus vidas perfectas y su acento cursi y remilgado.
Odio que te guste Paris"
“Lo odio porque es
estar lejos de todo esto: de ti, de tus abrazos, de estar cerca de lo que pueda
pasarte, de recogerte un día cualquiera a la salida del trabajo..Lo odio porque
es no amanecer contigo. Lo odio porque es estar lejos.Y la distancia es
incalculable cuando no se puede estar al lado de quien se ama.”
Hoy el vive en
París. En una maravillosa buhardilla que compró y rehabilitó para ella. Para un
ella que no soy yo. Solo viene a Madrid dos veces al año:en Navidad a felicitar
a su padre y su hermana, y en verano a pasar una semana a la casa que sus
padres tienen en Santander. Jamás me escribió. Jamás me ha vuelto a hablar.
Jamás dio explicaciones de nada.
Ya no debe odiar odiar París, tal vez nunca lo odió.
DEBO HACERLO
Releo las miles de cartas que escribiste.
Que me escribiste.
Sé que no debo hacer
esto.
No debo hacerme
esto.
Pero he pensado que
tengo que entender algo.
Releo todas ellas y
no es posible pasar de la primera sin que las lágrimas broten de mis ojos
eufóricas.
Quiero creer que me
quisiste. Es imposible fingir lo que dicen esas letras, y nunca fuiste un buen
actor, ni siquiera un gran mentiroso, descubrí cada uno de tus embustes, hasta
el de que me seguías queriendo.
Cojo las cartas
entre mis manos y las acerco a mi pecho. Aun huelen a ti. A como oilías antes de
ella.
Huelen a recuerdos.
Huelen a nosotros. Huelen a ese invierno que jamás volverá.
Huelen a perdón y
oportunidad. A peonías y a té.
A ganas de quererme
y deseos de quererte.
Y paso la mano
lentamente por tu perfecta caligrafía recordando cuando abría el buzón y me
sentaba al lado de la chimenea a leer aquellas líneas que acaba recordando de
memoria como si fuera yo Cyrano y tu Roxana, solo que al final yo si que fui
Cyrano …
Quiero traerte a mi
de nuevo, pero traerte a ese momento. Al de esas viejas cartas. A aquel en que
todo era posible, a aquel en que tu me querías y yo te soñaba.
Aquel en que la vida
era una oportunidad para amarnos y no una tortura porque tu ya no estás y cada
instante es una agonía.
Releo esas cartas
porque dicen que si duele es que al menos fue verdad, y es lo único que me
queda.
SI yo no conservo
nuestra memoria no habremos existido nunca.
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