lunes, 19 de octubre de 2015

CUANDO LAS SEMANAS TENÍAN SIETE DÍAS

Sabes? Una de las cosas que más me gustaban de ti era que hacías la semana más larga. Contigo las semanas tenían 7 días. 
Ahora para mí los domingos no existen. Son días tristes que paso encerrada en casa pensando que pronto volveré a mi rutina. En cambio tú los convertías en días eternos, llenos de vida. Eran días por descubrir, repletos de cosas por vivir y experimentar. 
Me obligabas a salir de la cama con una sonrisa, tirabas de las sabanas que yo agarraba con una sonrisa mientras me llamabas holgazana y cuando me había dado cuenta estaba en la calle en busca del primer café de la mañana. " Cada domingo en un lugar diferente" ese era tu lema. Y aunque yo estaba absolutamente necesitaba de mi primer sorbo de cafeína me dejaba llevar de tu entusiasmo, cómo no hacerlo. 
Recorrimos lugares jamás visitados, conté cosas de mí que jamás antes había revelado e incluso fui capaz de callarme aquel día lo que quise gritarle al mundo después de que me compraras mi precioso mastín ( " te quiero")   
Hoy los domingos vuelven a ser - para mí- días inexistentes. Días con pocas horas que pasó entre la cama y el siga desterrada en un mundo lleno de rutina en el que sé que ya nada tiene demasiado sentido. Tú vives feliz sin mí pero con mi mastín. 

lunes, 12 de octubre de 2015

QUÉ HA SIDO DE NOSOTROS?

Y como se supone que debo seguir ahora, sin ti. 
Tú has sido mi guía, mi rumbo, mi destino. Pero hoy sé que ya no lo eres. 
En medio de todas nuestras crisis, por mucho que doliera el corazón, aunque te fueras, entre las palabras hirientes y las ausencias aún más dolorosas siempre supe que eras tú. Siempre supe que volverías. Siempre supe que me querías a tu lado. Siempre había sabido que nada ni nadie rompería todo lo que nos unía. Pero ahora ya no. 
Así que hoy, después de más de media vida contigo, tras media vida esperándote no sé qué hacer. 
Porque ya no volveré a olerte. Ni a escucharte. Ni a sentir tus manos sobre mis lagrimas. Pero aún peor es que nunca más volverás a necesitar llamarme cuando algo salga mal o bien. O cuando veas un par de zapatos bonitos. 
Que ha sido de nosotros amigo?

Pd.A ti. Aunque nunca lo sabrás. Aunque ya no sea... Psp..

sábado, 12 de septiembre de 2015

ESTUPIDA

Me siento estupida. Quizá no
Lo siento. Quizá lo soy. Una persona que se permite cometer los mismos errores una y otra vez no debe ser muy inteligente. Eso es lo que me repito una y otra ves estas últimas dos semanas casi como si fuera un mantra. 
Aun no lo entiendo. Llevaba casi un año repasando la misma lección, repitiéndome casi a diario lo que debía hacer. Tenía aprendidas las palabras que diría, los gestos que acompañarían esas palabras y es mas,lo que debería sentir. Pero no es así. La vida nos sorprende. Y cualquier momento es bueno para que todo lo que creímos aprendido se desvanezca con el sentimiento de lo inesperado. 

Lo inesperado. Ese estupido don de quienes nos roban el corazón por cualquier motivo y  que provoca que de repente todo lo que hacen me parezca perfecto para volver al punto de inicio. A la casilla de " salida". 

Así que aquí estoy de nuevo. En el comienzo de ese año. Sintiéndome aun mas estupida que entonces. Porque esta vez ya sabia lo que iba a suceder  y  la sensación de deja vu es aun mas lastimosa. Pero soy así ... Estupida??? 

lunes, 15 de junio de 2015

AQUELLA EXTRAÑA TARDE DE MAYO

Aquella extraña tarde de mayo

Hacia bastante fresco para ser mayo. En realidad estábamos  casi rozando el mes de junio aquella tarde de sábado. 

Recuerdo que me llamaste de manera imprevista. No habíamos quedado en vernos y tu mantenías un código bastante estricto para las llamadas (en realidad mantenías un código estricto para casi todo). Por eso supongo que me sorprendió especialmente ver tu numero en el movil. 
-Buenas tardes princesa"dijiste con esa voz varonil y tu tono siempre calmado y risueño, aunque estuvieras en plena vorágine de trabajo o a  punto de perder un vuelo.

- "Buenas tardessss" dije intentando ser lo más simpática posible. La verdad es que en el fondo de mi alma me molestaba que  pudieras decidir cómo debía de sentirme. 

         
...y en ese momento me ofreciste quedar. 

Lo cierto es que no lo dudé. Y todo aquello me hacía enfurecer porque tú habías hecho cambiar mis planes en un segundo, porque ni siquiera me había planteado la opción de decir que no, y sobre todo porque doblegabas mi razón con solo llamar.

Pero en 30 minutos estaba en la puerta de mi casa con esa dualidad. Con la perfecta mezcla entre ganas de verte y odio por hacer de mi lo que querías. Tú, mi amigo. Porque eras mi amigo me repetía. 

Me senté en tu coche deseando que hubieras cambiado de opinión y que en vez de ese rápido café, hubieras planeado llevarme a Paris (pero se puede saber qué pensaba?...era la música... por qué siempre elegías una canción perfecta cuando sabías que iba a ir yo en el coche?!)

Y de ese modo llegamos a una de tus cafeterías favoritas de Madrid. Lo cierto es que ese no era el día en que ibas mejor vestido, pero creo que siempre lo recordaré como el que te vi mas guapo. Unos simples vaqueros y una camisa blanca, por fuera algo más desabrochada de lo habitual, y el pelo, por una vez, alborotado. 

No podría recordar lo que dijiste, de lo que hablaste. Yo solo te miraba y me ocupaba de sacar de mi aquellos pensamientos extraños que se entremezclaban en mi mente junto con algo de realismo.

Y de repente un viento comenzó a despeinarte y a jugar con mi camisa y yo, yo empecé a hacerme pequeña y entristecerme. En aquel momento solo necesitaba tu abrazo. Que parara aquel frío que sentía, no solo mi cuerpo. Pero tú no te acercaste, y yo no lo pedí.

Aquella extraña tarde de mayo me di cuenta de que mis sentimientos hacia ti eran muy diferentes a los que hacía creer al resto del mundo,a ti e incluso a misma. Y tiempo más tarde supo que te perdí justo aquella tarde. 

Ojalá ese viento te traiga de nuevo a casa. 

domingo, 25 de enero de 2015

YO TE SEGUIRÉ ESPERANDO ( O NO)

Nunca espere que te dieras cuenta de tu error y regresaras. Jamás he esperado tu vuelta. 
Ese día, hace 365, solo llegue a la conclusión de que siempre había sabido la verdad sobre ti: nunca ibas a cumplir tu promesa.
Ha pasado tiempo. He dejado que cumplieras tu ansiado deseo de compartir cada estación con ella -la mujer de tu vida?-. Y nada de todo eso ha hecho que regreses al lugar del que prometiste no irte jamás: mi lado.
Por tanto solo queda despedirme. Asumir tu perdida. 
Procurar olvidar cada uno de los recuerdos que de ti habitan en mi memoria: tengo que acordarme de olvidar tu olor a madera y tabaco, tus fotos de París cualquier mañana, tu música anunciando tu llegada, tus ojos enmarcados por tus cejas definidas, tu magia al encontrar el poema perfecto para cada situación. 
Debo recordarle a mi mente que no se acuerde de ti en las tardes lluviosas ni en los cafés de domingo. Acordarme de no recordar tu cumpleaños y comprarte tu tarta de manzana favorita y no ponerle velas para que no te entristezca ver un numero mas. 
Recordare no volver a escribirte cualquier día cuando paseando por Madrid algo te traiga a mi recuerdo. 
Esto fue todo. 
Mucho cariño ( por mi parte), demasiados errores, y un adiós sin posibilidad de retorno. 
La vida es así de dura. De mentirosa. De cruel. 
De sorprendente. 
Échame de menos... Algún día. 
Yo, ya sabes. Te seguiré esperando. 

viernes, 9 de enero de 2015

TODO LO QUE DE TI APRENDÍ

Aprendi muchas cosas de ti en todo ese tiempo a tu lado.
Aprendi que solo cuando estabas realmente cansado dejabas que acariciara tu pelo. Que jamás dejabas caer tus muros excepto que te sintieras seguro de que yo antes lo hubiera hecho con los míos.
Aprendi que disfrutabas de una copa de vino tinto pero odiabas la cerveza, su olor, su origen, su sabor. Que jamás le contarías a nadie aquello que confesaste una noche de intenso dolor y lagrimas - en realidad solo fue una- y que solo yo conozco el origen de ese tatuaje apenas visible.
Se que nadie mas aprenderá de ti todas las historias que me contaste a media voz, en el silencio de aquella casa familiar sentados entre cojines al lado del calor de la preciosa chimenea.
Aprendi que nunca sabría toda la verdad sobre ti. Nunca sabría si de verdad me quisiste. Si en realidad albergabas alguna ilusión sobre un nosotros que te empeñabas en repetir hasta convertirlo en un hábito.
Aprendi que solo te gustaba el café recién hecho. Y escucharte hablar en tu francés materno.
Se que siempre echare de menos el sonreír de tu boca perfilada por unos labios perfectos en los que aprendi a perderme, y unas manos grandes y siempre cuidadas, casi tanto como las de una mujer. Obsesión por el perfecto estilismo. Por la pulcritud. 
Aprendi el calor de tu barba siempre perfectamente cortada y el sabor de tus besos. 
Y que olor de tu cuerpo era una historia de amor por aprender. 
Y que los latidos de tu corazón eran el estribillo de mi canción favorita. 
Aprendi tantas cosas que quiero desaprender para volver a prenderlas de nuevo. 

jueves, 8 de enero de 2015

SI FUERA POR QUERER...

Si fuera por desear que se cumplieran mis deseos... 
Si pudiera pedir a este año a sus Majestades los Reyes de Oriente algún regalo, además de esos de " virgencita que me quede como estoy" ... Uff... Pediría y pediría:
Quiero mil despertares junto a ti, y un amor tan especial, intenso y real como el de Jay. 
Quiero un mensaje para preguntarme que tal ha ido el día. Sin obligación. Solo por necesidad. Cariño, devoción. 
Quiero ese viaje. Ese que planeamos. Con cada una de las paradas y sus hoteles. Y sobre todo, de sus besos. 
Quiero un bolso de Laura Pons. Con mis iniciales. Y si no fuera totalmente cursi quiero que lo encargues tu. Y que entrelaces una de las tuyas. 
Quiero sentirme querida. Recibir tanto amor como el que estoy dispuesta a dar. Sentirme culpable por ser tan feliz. 
Quiero ser tu " escribiendo", tu " en línea". Tu " buenos días" y tu " buenas noches". 
Quiero la undécima copa de Europa del Real Madrid. Y New York. 
Quiero un abrazo que recomponga todos los trozos que tengo rotos y suenan a lata cuando camino rápido. 
Quiero tardes de bizcocho y galletas de mantequilla y ver de nuevo aquella película que dejamos a medias. 
Quiero celebrar nuestros cumpleaños juntos en una fiesta que se recuerde una semana y cuyas fotos de felicidad sean eternas en los marcos de nuestra estantería. 
Quisiera que fueras tu quien comprara entradas para ver de nuevo a Twain sucumbiendo a los encantos de una obra llena de amor.
Quisiera unas deliciosas siestas de verano y unas vacaciones de verdad llenas de lectura, de paseos interminables, de olor a mar...Y regresar de nuevo a casa con ganas de proyectos y sabiendo que esto es amor de verdad: que no tienes dudas de que soy yo ( yo no tengo ninguna de que eres tu). Y como diría el, dejar que la vida empiece de nuevo en otoño. Y dar las gracias las navidades que viene por tenerte aquí, conmigo, y ser tan feliz como jamás imagine. 

sábado, 3 de enero de 2015

MERECÍAMOS ALGO MEJOR

Tenías razón: merecíamos algo mejor. Los dos. 
Yo merecía algo que no fuera vivir por y para ti. Pendiente de una llamada o un mensaje. De cómo te sentías o si decidías querer verme. De tus malos modos, malas palabras, malos humos, malos gestos. Merecía algo mejor que ese tu en el que te convertiste. Merecí algo mejor que estar al otro lado de una relación incalificable esperando que en algún momento te dieras cuenta que yo era también una persona con sentimientos y sobre todo también con problemas y que también necesitaba que en esos hubiera alguien a mi lado aguantando esos mismos malos modos, malas palabras, malos humos, malos gestos. 

Por supuesto no lo hiciste. 

Tu también merecías algo mejor: una mujer sonriente. Que no se preocupara de ti como yo lo hice. Necesitabas alguna niña bonita sin miedos, sin pasado, sin problemas ni preocupaciones y sobre todo sin amarte de esa manera estúpida y desinteresada. 
Merecerías alguien que te permitiera empezar de nuevo, de cero. Sin tener que pensar en nada que no fueras tu. Necesitabas sentir que eras bueno, que eras el mejor. Que tu amor era lo único. Merecías ser feliz porque ya habías sufrido mucho. 

Me alegro que por fin lo seas. Que hayas encontrado a tu bonita chica perfecta sin problemas. La merecías.