Lo tuvo claro desde el momento en
el que le diagnosticaron aquella rara y terrible enfermedad. Rara en cuanto a
la infrecuencia de gente de que la padecía. Terrible para él. El mero hecho de
pensar en que no podría volver a sentir el sol sobre su piel, que jamás podría
volver a sentir la brisa fresca una
tarde de primavera en su terraza madrileña mientras se olían las primeras
peonías , suponía algo mas duro de lo que ya le habían dicho. Ya se habia
dictado su final.
Lo sabía. En realidad lo hizo de
una manera absolutamente premeditada aunque tampoco le fue difícil fingirlo. En
cuanto llego a casa acompañado por su hermana, ordenó que cerraran las
ventanas, que bajaran las persianas y que sellaran las enormes cristaleras que
daban a su adorada terraza. Jamás en lo
que le quedara de aquello que llamaría vida volvería a pisarla.
Y desde entonces se convirtió en
lo mas parecido a un monstruo hasta que consiguió que todos los que le rodeaban
lo abandonaran. Ese era su objetivo y eso consiguió. Le daba igual todas
aquellas tonterías que lo demás decían. Le era insoportable el ruido permanente
de gente con vida impecable contándole variantes para una posible rutina: salidas
nocturnas, artilugios a lo Star Trek. Jamás se convertiría en un monstruo. Su
vida había acabado y no estaba dispuesto a dar pábulo a nadie. No sabian cómo
se sentía ni quería que lo hicieran. Solo que lo dejaran.
Lo peor fue conseguir que se fueran
, que se llevaran de su casa aquellas fiestas ridículas en las que no sabia que
festejaban. El final de sus días de alegría?Su felicidad?Si, sabia que era
injusto pero podía serlo, podía ser o que quisiera, porque el ya no era nada.
La gente, las personas que te
rodean en el fondo tampoco te quieren tanto, tampoco son tan fieles. Y menos
aun ante quien no devuelve cariño, amor, fidelidad, sino solo odio, y rugidos.,
asi que sabia que poco a poco empezarían a desaparecer. A los pocos meses
dejaron de ir a verlo…al año apenas le llamaba sino una vez a mes y cada vez
habia menos que contar..y pasados los años solo su hermana que residía en Paris
se acordaba de que existía. Solo ella y Sarah. Su vieja amiga. Ella siempre
estuvo allí. Y como sabia que el no le
dejaba verla, cada día de su vida, le escribía un mail que el jamás contestaba.Pero
él lo leía, siempre lo leía.
Entre tanto, entre su nueva rutina adquirida,
entre su silencio solo roto por la música de alguna de los clásicos, estaba
Anna que venia a limpiar su terraza y el la enseñaba aquella leyendas que ella
adoraba, y no sabia cuando se había colado la chica del frío. Asi la llamaba.
Un dia, mientras Anna cuidaba la que había sido su adorada terraza ala que
ahora solo se permitía asomarse desde dentro(los pies siempre dentro de casa, pero dejaba que abriera las
cristaleras para que el viento gélido le helara la cara), miro al otro lado de la calle. Alli, vio a una chica.
Tendria mas o menos su edad. Estaba trabajando. Sin duda el aspecto formal de
su vestimenta asi lo hacia ver.Estaba cerca de la ventana , mirando hacia su ventana Con una taza
de café entre las manos que parecía tener frías..Era imposible que viera nada:
las persianas estaban lo suficientemente bajas para que solo se percibiera la
luz de una de las lámparas: una de las magnificas lamparas compradas en un
Bazar en Turquía. Jamás volvería a aquel lugar. Ni a ningun otro. Pero pronto
hizo que su mente dejara esos pensamientos a su lado y se centro en la chica.
Realmente una mujer, pero quiza le vino a
su cabeza la pablara chica por lo dulce de su postura. Estuvo mirandola
bajo la seguridad de saber que el no seria observado. Y asi empezo a hacer cada
dia. Uno tras otro hasta el punto en que esa visión, esa mujer se acabo
convirtiendo en parte de su vida. De su rutina habitual. Se invento una
historia para ella y para cada dia. Para cuando la veia triste o mas guapa.
Para cuando llegaba sola a su despacho y bailaba con la musica que se ponia en los cascos y el reia. Y a
veces se preocupa si se retrasaba en exceso o si faltaba mas de un par de dias
seguidos(sera la gripe..ya ha dicho el telediario que este año habia una cepa
extraordinariamente fuerte…)
Sin quererlo ella se habia convertido
en una fuente de ilusión. Una ilusión de la nada. Porque el jamás saldría de su
burbuja. Jamás pisaría nada mas lejos de los agradecidos 215 metros cuadrados
de la casa que poseía en uno de los
lugares mas privilegiados del Mundo….pero que no le servia para nada mas que
para morir..
De algun modo el dejo de centrar
su amargura en todo lo que habia perdido, en sus viajes, en la posibilidad de poder
seguir escribiendo, en esta encerrado de por vida, en pasear, en sentir el mar bajo
sus pies, o el césped…Todo por la habitualidad de una simple mujer…
Pero le gustaba verla y de algun
modo sentir que el la cuidaba. Incluso cuando algun dia la vio llorar, tuvo
ganas de cruzar aquella calle para decirla que no existia nada, nada que a ella
la hubiera podido pasar que mereciera una sola lagrima. A el no le quedaban
lagrimas, pero ella no las necesitaba.