Será
un día gris, uno cualquiera.
Te habrás despertado antes que yo, aunque me
habré dado cuenta.
Lo sentirás. Me mirarás y ya no habrá amor.
Te percatarás de que tus dedos no quieren
acariciar mi rostro fingidamente dormido, de que no suplicas a escondidas
porque ese ruido lejano no me despierte, ni buscarás angustiado una nueva manta
para tapar mis pies frios.
Ya no seré todo tu mundo.
Observarás por la ventana la lluvia que ha
comenzado a caer sintiendo que ya no hay nada en ella que te conmueve ni te
recuerda a mi.
Te enredarás en el hilo de los pensamientos
mas frívolos buscando la huida mas sencilla.
No desearás hacerme daño, pero tampoco querrás
atarte a una felicidad que sabes que yo no puedo darte.
Te levantarás intentando que una ducha aclare
tus pensamientos, pero no lo hará y cuando salgas de ella dispuesto a escribir
una fría nota de despedida para que yo tenga claro que no hay posibilidad de
retorno verás la mia, dulce, melancólica, llena del amor que aun siento,
para que tengas claro que no hay posibilidad de retorno pero que te
quiero y querré siempre y escrita hace meses…
Yo hará unos minutos que espero mi taxi mojada y muerta de frio en la esquina de tu calle, de la que fue
nuestra, pero no siento nada, el dolor no me permite que la lluvia me empape.
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