sábado, 5 de mayo de 2012

LA HISTORIA DE BOBBO



Bobbo estaba sentado a 2 cm de la enorme burbuja en la que terminaba su " zona de vida". Asi la llamaba él. Desde que nació no había salido de las 5 hectáreas que había bajo esa gigantesca burbuja que simulaba un cielo a veces azul, otras nublado, y en algunas lluvioso. Lo primero que recordaba era haber leído una sucinta carta con tres únicas líneas


1. No salgas de la burbuja
2. No acudas mas de un día seguido a la misma zona señalada por los limites
3. Jamás cruces el puente.


Bobbo había cumplido con escrupulosa pulcritud esas normas y se había dado cuenta de que al hacerlo, jamás le ocurria nada malo, pero tampoco nada especial. Cada vez que iba a las zonas marcadas por distintos tipos de vegetación exhuberante, jamás encontraba a las mismas especies, por lo que nunca pudo encapricharse o encariñarse con nadie. Nunca había dos animales iguales ni siquiera dos árboles o flores en el mismo lugar. Nunca la lluvia cayó de la misma forma y los olores eran tan diferentes que se preguntaba como era posible que jamás ninguno le recordara a otro.


Daba eternos paseos por todos los lugares y al principio se creyó feliz. No le faltaba de nada. Cada mañana encima de su mesa tenía todo lo que necesitaba. Lectura, cada vez diferente, comida, bebida.


Pero había pasado algún tiempo. Bobbo se hacía preguntas ¿qué pasaría si traspasaba esa burbuja o ese puente?, ¿que había allí detrás?


Llevaba  días meditándolo....se sentía solo, cansado de no poder hablar con nadie, de no poder sentir afecto por nada, necesitaba amar...Así que tomó la decisión: cruzó el puente.


Al principio se maravilló con el mundo que encontró. Allí todo era diferente. Había muchas personas como él. Personas a las que veía todos los días. Tuvo que aprender a hacer algo para que le dieran comida. Ellos lo llamaban " trabajo"  y aunque terminaba cansado le daba igual porque era satisfactorio.


Era mucho mas dichoso de lo que había sido todo ese tiempo debajo de su burbuja....y además la gente lo reconocía y le llamaban por su nombre y lo saludaban.


Pasaron algunos meses y Bobbo conoció a una chica y notó que su corazón se agitaba cuando la veía, se ponía nervioso al hablarla y era especialmente dichoso al estar a su lado.


Decidió que eso era amor. Guardaba cada moneda que ganaba para invitarla a dar un paseo en coche de caballos en su día libre y la acompañaba a casa todas las noches.¡ Era tan guapa y tan buena!. Le contaba cosas de su vida y le hacia reír.


El a veces no podía  dormir porque se sentía tan feliz que creía que era perder el tiempo, estaba enfadado con quien fuera que le hubiera retenido en aquel lugar de flores y vacio tanto tiempo....sin vivir,  sin recuerdos y sin ella.


Reunió valor y les contó a sus amigos-así se llamaba a la gente que te conoce y te ayuda- lo que estaba haciendo con sus monedas- y reunió valor para decírselo  a ella.
Le dio un beso en la mejilla y le dijo que era lo mas bonito que habían hecho, que le esperaria en la puerta de su casa.


Esa noche Bobbo tampoco durmió, esa vez de nervios...Por la mañana hablo con el señor del coche de  caballos al que conocía ya que él cada semana le preguntaba si ya le llegaban con las monedas que tenía y el señor le decía "Bobbo una mas, solo una mas" y fueron  a casa de ella ....pero no estaba...ella no estaba. Esperaron en la puerta mientras se ponía a llover. Esperaron las 2 horas que el podía pagar y otras 2 mas que aquel señor quiso ya que le daba pena..y entonces la vieron de la mano de uno de los amigos de Bobo y él no entendió nada...

Ella solo dijo que se le había olvidado y Bobbo sintió un dolor en el corazón muy fuerte....



Al día siguiente no podía trabajar, de sus mejillas salían gotas saladas que no sabía que eran y fue al medico, mientras algunos de sus amigos se reían, lo que el tampoco entendía...


El médico le dijo que se le había roto el corazón pero que él no podía arreglárselo...que lo tenía hecho 1215 pedazos y que no sabía cuanto tiempo tardaría en arreglarse.


Volvió paseando a su casa, y se cruzó con ella que apenas si le miro y le dijo, "Ciao Bobbo" y subió a su triste apartamento....esas gotas saladas seguían saliendo de sus ojos...y el dolor de eso que el medico había llamado corazón no conseguía pasarse...dolía tanto que a veces tenía que agacharse para no caer.


Ninguno de sus amigos llamó. Ninguno fue a verlo. Dejo de ir al trabajo. Solo el señor de los caballos le gritó desde la calle pero él no tenia fuerza para contestarlo así que a la mañana siguiente cuando el sol aun no había salido Bobbo hizo lo que debía...empezó a andar camino a casa....


Cruzó su puente y se sentó al otro lado de la burbuja. Ya no habrá amigos, ni personas que te reconozcan, no habrá amor, pero tampoco volverá a haber dolor.





No hay comentarios:

Publicar un comentario