Olía a café.
A café recién hecho.
Era el olor que me despertaba cada mañana.
Entonces sabía que me quedaban exactamente 30 minutos para tener
que levantarme.
Él lo había hecho 1 hora antes.El tiempo preciso que necesitaba
para ducharse bajo agua casi helada, hacer 20 minutos de yoga, 20 de natación,
llamar al otro lado del mundo (allí donde al decir te quiero sólo llegaba el
eco), y revisar la prensa mientras esperaba que la vieja cafetera italiana
desprendiera el sonido ya conocido y el olor del café comprado en el colmado de
su ciudad natal inundara la estancia.
No soportaba las nuevas máquinas que pretendían compendiar el
sabor de la mañana en una cápsula de colores.
Yo me hacía la dormida en la cama viendo a la lejos su ritual.
Sólo vestía el pantalón azul de su pijama y dejaba al descubierto
el torso hercúleo , cincelado por horas en el agua.
Vertía el contenido de la cafetera en su taza, añadía un solo terrón
de azúcar moreno y dejaba que se disolviera mientras leía de soslayo Le Monde.
Bebía a pequeños sorbos, deleitándose con cada uno de ellos hasta
dar por concluido aquel momento, y entonces preparaba mi vaso de leche templado
al que añadía una fina rama de canela.
Sólo entonces, después de mirar el reloj, acudía a despertarme,
sin saber que yo llevaba media hora en vela, mirándolo, sin querer que llegara
este momento y deseando 30 minutos que lo hiciera…y en ese instante me dejaba
llevar por el olor a él…por la perfecta mezcla de canela, Aqua di Parma y café.
PD.- Perdonad por la foto, suelo elegirlas mas artíscas pero hoy tenía que ser esta ...
PD.- Hoy es un día especial, he superado las 4.000 visitas..esto es una locura para alguien que sólo escribe sus bobadas en un papel en blanco pero quería dar las gracias a todos los que me leeis y a dos personas que me han apoyado especialmente, a C quien sin nada sería posible, y a alguien que jamás lo sabrá, a J, porque espero no defraudarle nunca y rezo cada día porque regrese...(aunque tampoco lo sabrá nunca)
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