A ratos me siento morir.
Siento que me falta la respiración y tengo que concentrarme para que mi corazón se acuerde de latir.
A ratos no puedo dejar de llorar cuando recuerdo todos nuestro grandes momentos:verte reír de verdad, olerte, dejarte hablar de tu trabajo, escucharte a miles de kilómetros y sentirte al lado, tranquilizarme solo con oír tu voz, el tacto de tu piel, hacerte cosquillas o pelearnos buscando setas.
A ratos siento que nada tiene sentido porque me has olvidado, porque no me quieres.
Pero a ratos siento un dolor aun mas grande cuando recuerdo que incumpliste la única promesa que te pedí que me hicieras, cuando doy cuenta de que solo has pensado en ti y me has dejado sola ante el abismo, cuando recuerdo tu dichosa manía de recogerme el pelo en una coleta antes de dormir.
A ratos la ira me invade cuando pienso que detestabas que me comprara mas zapatos o cuando me besabas para acallar una tonta discusión sobre futbol.
A ratos pienso que no era tan genial que compartiéramos casa, coche, profesión y amigos.
A ratos detesto tu manía de leer en la cama o de no regalar nada material.
Pero eso es solo a ratos porque el resto del tiempo lo paso echándote de menos.
Siento que me falta la respiración y tengo que concentrarme para que mi corazón se acuerde de latir.
A ratos no puedo dejar de llorar cuando recuerdo todos nuestro grandes momentos:verte reír de verdad, olerte, dejarte hablar de tu trabajo, escucharte a miles de kilómetros y sentirte al lado, tranquilizarme solo con oír tu voz, el tacto de tu piel, hacerte cosquillas o pelearnos buscando setas.
A ratos siento que nada tiene sentido porque me has olvidado, porque no me quieres.
Pero a ratos siento un dolor aun mas grande cuando recuerdo que incumpliste la única promesa que te pedí que me hicieras, cuando doy cuenta de que solo has pensado en ti y me has dejado sola ante el abismo, cuando recuerdo tu dichosa manía de recogerme el pelo en una coleta antes de dormir.
A ratos la ira me invade cuando pienso que detestabas que me comprara mas zapatos o cuando me besabas para acallar una tonta discusión sobre futbol.
A ratos pienso que no era tan genial que compartiéramos casa, coche, profesión y amigos.
A ratos detesto tu manía de leer en la cama o de no regalar nada material.
Pero eso es solo a ratos porque el resto del tiempo lo paso echándote de menos.
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