Esta mañana he levantado mi muro.
La
gente critica permanentemente mi fortaleza. Me pide que salga de ella. Que de
días libres a mis soldados y que despeje el foso de cocodrilos.
Me
dicen que deje entrar de vez en cuando a alguien, que no puedo ser tan
estricta.
Les
hice caso.
Bajé
durante un tiempo una de mis trampas, abrí la fortaleza.
Me
han roto el alma.
Hoy
sé lo que es que tengas el alma rota en mil pedazos y además del dolor, de ese
dolor estoy enfadada. Enfadada conmigo misma. Por hacerles caso.
Por
actuar contra mis ideas. Por creerles. Por pensar que algo podía cambiar. Por
no ser yo. Por no seguir con mis muros.
Asi
que se acabó.
Hoy
he mandado cerrar la fortaleza de nuevo levantar 10 metros más el muro.
Lo
pintaré de rosa y me sentaré sobre él para ver pasar los días, las nubes y al
estar más alta me llegará antes el olor a lluvia.
De
ese modo, también estoy mas lejos del suelo, de esa realidad que no me
pertenece, de la que no me quiero acordar de la que no formo parte.
Yo
soy yo y mis muros. Para SIEMPRE. Jamás volveré a bajarlos por NADIE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario