Él me creo.
Y
cuando supe que no había posibilidad alguna de un futuro de anhelos, se me
partió el corazón.
Él
me lo había colocado en el lado derecho.
Me
contó que lo hizo para hacerme especial y única, distinta a todos.
Hoy
estoy intentando recomponerme, pero los trocitos no logran pegarse porque mis
lágrimas deshacen cualquier pegamento.
Recuerdo
cuando me colocó mis pecas en la nariz y pasaban las horas charlando en el
taller mientras construía algunas de las piezas de mi cuerpo aún por terminar.
Yo
le miraba escuchando cada frase. Él cree que no las recuerdo pero memoricé cada
una, y aún sus silencios.
Ahora
los recuerdo todos.
Le
he fallado.
Y
se ha ido.
Y
no sé si va a volver, pero por si lo hace, debo intentar recomponer este
corazón que él me dio.
PD.-
Metáfora.
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