Sentada en la proa del barco. El sol, que ya desaparecía bajo la sierra, tan solo acariciaba su piel y las gotas de mar salada se confundían con las que salían de sus ojos.
Ya no quedaba nada.
Lo había dejado todo atrás.
Y solo ella sabia el motivo.
Se había negado la oportunidad de ser feliz.
Hacia dos cambios de viento que le había dejado marchar,y el no sabia por que.
Le amaba tanto que se estaba muriendo por dentro, pero no permitiría que el malgastara una vida con ella.
El debía ser feliz porque era el ser mas maravilloso de cuantos había conocido: era generoso, bueno, inteligente..por eso debía dejarlo marchar.
Y ella sabia que no podría hacerle feliz.
Así que renunciaría a el, pero sin decirle nada, porque de hacerlo, el lucharía por ella, y no podía consentirlo, así que lo mintió.
Le miro a la cara y lo mintió. Lo mas duro que había hecho. Lo que prometio no hacer. Pero debía hacerlo. Dijo "no" y se fue.
El ahora la odiaba, estaba volando a kilómetros de ella, odiandola, sin saber la verdad, y odiandola, mientras ella solo lo salvaba para otra..para el, para su felicidad...
Ella no sabia si lo superaría,probablemente el resto de su vida viviría de su recuerdo, pero lo prefería así, imaginandolo feliz en brazos de otra que infeliz al suyo.
Así concebía el amor, renunciando..y solo ella lo sabia.
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