lunes, 11 de junio de 2012

EL TIEMPO EN QUE SE MIDE EL ALMA


He esperado exactamente 112 corazones, unos cuantos años y el tiempo en que se mida el alma.
Esperé a que te dieras cuenta de que el sol no brillaba para ti si yo no lo encendía cada mañana antes de despertar.
Esperé para que algún día  te percataras que cada noche ponía las gotas de rocío en tu jardín, una a una hasta cubrirlo con ellas.
He esperado este tiempo para ver si te sorprendías de que te veía dormir desde el umbral y te tapaba cada noche cuando te desarropabas o el viento era demasiado frio.
He esperado.
He cultivado mi paciencia en insoportables noches de estío y en largas madrugadas gélidas.
He vislumbrado tus lágrimas a través de la ventana desquiciándome por no poder ayudarte a enjugarlas.
Te he querido, te he cuidado, te he protegido.
He enloquecido de dolor cuando te vi pensando en ella, y quise morir de amor cuando te rompió el corazón.
Pero en algún momento ha de decirse “ya” , ha de ponerse fin, ha de gritarse ”basta”. Y ese momento es hoy.
No me ves y no puedo seguir esperando porque te has llevado mi vida.
La dejé en el umbral de tu casa y no la has visto ni uno sólo de estos 112 corazones, unos cuantos años y el tiempo en que se mida el alma.


No hay comentarios:

Publicar un comentario