Olvidarse del tiempo.
En
medio del caos, de las presiones, de los sustos, los miedos. En medio de la
cotidianidad.
Un
largo paseo.
Sin
prisa.
Sin
destino.
Sin
importar dónde ni cómo, solo con quien.
De
repente tu mundo cambia, se para. Las manecillas del reloj no corren esta vez.
Fotogafía de Álvaro Santos |
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