sábado, 13 de septiembre de 2014

LA INMENSA CASUALIDAD DEL DESTINO

Era imposible tanta casualidad.
Era imposible que existiera en el mundo alguien que estuviera pensando las cosas que yo pensaba.
Era absolutamente irracional que se plasmará en papel  sentimientos del mismo modo que yo los pensaba y que de la misma manera que a mi me gustaban el fuera apasionado de los mismas poemas, cuadros, dramas.
Era una auténtica locura que a kilómetros de mi el dijera las mismas palabras que yo estab
a diciendo y estuviera leyendo exactamente los mismos libros que yo leía.
Eso no podía ser casualidad.
Pero por más que lo había intentado, y sólo Dios sabía cuanto lo había hecho, eso sólo significaba algo para mi porque el sólo me quería lejos de su vida.

Y así estoy lejos muy lejos pero pensando, leyendo, escribiendo y sintiendo exactamente lo mismo que el. Y jamás lo sabrá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario